Me imaginaba famosa, viajando por el mundo. O superhéroe, daba igual. No, cantante o actriz no se me ocurrió. Princesa sí, claro, soy mujer después de todo. Me fantaseaba excéntrica, algo loca, especial, y era tímida y silenciosa como una roca. Así se me ocurrió este blog para, bueno, para todo, onda terapia. Me divierto, me reequilibro, y sigo. Ah, me olvidaba! Este es un blog autoreferente.

No hace falta que me mires

Ya no me mirás, y con mirar digo todo, digo amar, digo pensar, digo desear, digo soñar, digo todo. Ya no me mirás como antes. Haber perdido tu mirada me hace profundamente triste. Me angustia. Me desespera. No sé cómo respirar sin vos.

Pero en el fondo, igual soy feliz. Y la felicidad de fondo es la que importa. Es irrelevante que me sienta contenta por estar a tu lado o triste por extrañarte. Ese no es el fondo. Es complemento.


El dolor, al menos en su dimensión actual, se va a ir. La tristeza va a pasar. Ya sé que yo digo que “me voy a acostumbrar”, pero no, no es eso lo que quiero decir. Quiero decir que el tiempo va a poner todo en su justa medida.
Y lo que ahora lastima tanto y parece imposible de superar, va a ser visto después como lo que realmente es.
Duele la pérdida de tu mirada, porque me hace feliz.
¿Y entonces, cómo ser feliz sin ella? ¿Tiene sentido lo que digo?.  Es que hoy todavía hablo desde el sufrimiento y por eso sigue el sangrado.


Sé que está bien que ya no me mires. Porque si bien me quiero morir, me siento viva. Pienso que pude no haberte conocido, que pudimos no habernos amado, que pude haber pasado por esta vida sin conocerte, sin amarte, y es más angustiante la idea de ese pasado/futuro que no fue, que la del futuro que será.
Por eso creo que podré soportar que ya no me mires. Te amo. Es un privilegio que no todos tienen. Yo sí. Ante eso, la tristeza de tu ausencia tiene menos relevancia.
Siempre va a doler que ya no me mires. Siempre necesitaré –sí, también hay necesidad- tu mirada.

No soy adecuada para vos. Duele terriblemente mucho, siempre que tuve la capacidad y el coraje de verlo dolió, y dolerá siempre. Siempre desearé ser lo que no soy. Siempre desearé que vengas y me digas que soy la mujer de tu vida. Que me amás.

Pero igual la felicidad de base subsiste. A veces, como ahora, es difícil verla. Pero también es en momentos como ahora que es más clara para mí. Aún en medio de mis lágrimas la veo.
No tenés razón cuando decís que no podré ser feliz. Soy feliz y lo seré siempre.

Además, entiendo también que sería un error que vuelvas a mí. Sobre todo sólo a mí. Sé que me querés, me apreciás, no querés que sufra, pero ya no me amás.
Por favor, buscá el amor. Por favor, sé feliz. No vuelvas a mí, no tiene sentido. Voy a estar bien por más patético que te parezca. Quiero con toda mi alma que logres la felicidad.

Ahora duele tanto que es difícil vivir, pero sé que se va a pasar.
Con el tiempo vas a advertir que no necesitas ya cuidarme. Ojalá pudiera demostrártelo ahora, pero me es imposible. Trato de sonreír y me salen lágrimas y mocos. No soy la imagen de la felicidad, y espero con todas mis fuerzas que mi estado anímico actual no arruine lo que estás creando. Sería terrible para mí no sólo saber que no sos feliz conmigo, sino además que arruiné una posible felicidad con otra mujer.


Es verdad que quizá siempre sea en parte triste –siempre lo fui, para el caso-, pero siempre seré también feliz. Sí, claro, obvio, en niveles fluctuantes, como todo el mundo, aún aquéllos que puedan decirse a sí mismos felices. Pero desde que te amo, y dado que te amo, siempre habrá felicidad en mi vida.

¿Por qué digo que me dejes?
Porque siendo dos no es suficiente, y no encontramos el modo de ser tres. Si lo encontráramos creo que sí podrías estar conmigo, ya no sería un error, porque tendrías algo más que a mí. ¿Y yo? Yo sabré que estás mejor que solo conmigo, pero también –y ahí está lo relevante- que estás mejor que sin mí.
Y yo estaré bien con la mujer que nos acompañe en el trayecto. Mejor con alguna, no tan bien con otra, pero siempre bien. Seguro. De verdad lo creo.
Si algún día sentís eso, que estás mejor conmigo que sin mí, la tristeza que pueda haber en mí por no ser yo la única, LA mujer de tu vida –que, claro, siempre voy a sentir- va a disminuir a niveles microscópicos. ¿Qué puede importar una tristeza provocada por no ser como no se es, o lo que no se es? No es ni definible como tristeza. Pesar quizá. Frustración también.

Tenés, claro, todo el derecho del mundo a no desear vincularte conmigo sabiendo que tengo esos sentimientos. En ese caso, no tendremos ninguna chance de estar juntos... Si fuera así, si mi tristeza/pesar/frustración por no ser como me gustaría ser impide que te unas a mí, así será. Nunca estaremos juntos. Pero no será porque estés con otra mujer, o porque de a tres no se puede. Será por lo que yo soy y siento.
Siempre desearé ser la mujer de tu vida. Siempre desearé que me ames eternamente.
Siempre tendré esa frustración, y no lo considero relevante. Yo voy a vivir toda mi vida con eso sin despreciarme en absoluto por ello.

Si vos pudieras considerarlo como es, como un deseo de gloria y la noción de su imposibilidad, y si pese a eso desearas vincularte a esta ingloriosa persona, todo podría ser.

¿Cómo lo hacemos? Ni idea. Pero si lo deseamos sucederá. (Aún si no sucede va a valer la pena vivir intentándolo o habiéndolo intentado)

Yo deseo que estés con otra mujer. Siempre (o más bien desde hace tanto tiempo que parece desde siempre) lo deseé, de distinta manera, con distintas intensidades, con distintos contenidos, con distintos niveles de consciencia, pero es algo que siempre estuvo.
Ahora me duele haber perdido tu mirada, pero si la recuperara en parte, pasado el dolor de haber perdido la exclusividad, todo podrá ser. Sé que es así.
No es sólo físico mi deseo, no es sólo por desear yo estar con otra mujer, es que sé que soy insuficiente y, pese al dolor narcisista del reconocimiento, necesito también sentir que sos feliz. Y que yo no impido tu felicidad.
Si aceptás mi frustarción endémica por no ser tu mujer, se abre un horizonte de posibilidades. Claro, es necesaria la comunión de deseos. Y si no se dan…, nada se logrará. Pero no será porque es imposible. Será porque no se desea. O porque no se desea lo suficiente, o porque alguno de los 3 no lo desea,o...

¿Que es un deseo residual? ¿Que deseo ser sólo yo y no yo más otra?
Sí, y qué? Eso es sólo narcisismo. Es sólo narcisismo. Qué puede importar eso en la historia de una vida, o de tres vidas, que viven de verdad. Y bueno…. asumiremos las heridas narcisistas que eventualmente, y sin deseo de mal, nos provoquemos unos a otros.

¿Tiene sentido abortar proyectos por causa de sentimientos de segunda? Por más que duela ¿tiene sentido?. No, no lo tiene.

No abortes el proyecto por considerarlo imposible. Abortálo si no lo deseás. O porque no lo desea ella.
Sí, ya sé que ella no lo desea… pero ¿y si lo deseara? Lo abortarías porque es un lío, porque cada tanto alguien va a querer todo del otro y no lo va a tener y va a sufrir?
No sé, no estoy de acuerdo.

Yo siempre quise que estuviéramos con otra mujer, en un amor de a tres, por más cómoda y contenta que haya estado en la vida matrimonial monogámica y convencional.
Me gustó, no voy a negarlo. Y lloro ahora que se terminó.
Pero no es eso lo que lloro, sino el sueño de lo que pudo –o no pudo nunca, en realidad, pero yo creí que sí- ser y no fue. La fantasía de ser LA mujer de tu vida. Pero no lo soy. Y por eso también sufrí estando sólo yo con vos, también me frustré, también fui infeliz –a veces, mucho-. Es que nunca fui LA mujer de tu vida y siempre lo supe.
Sufrí más antes que ahora por no serlo. Ahora que lo pienso sufrí mucho más antes que ahora. Ahora hace tiempo que lo sé, y sólo quedan las últimas lágrimas, las de la frustración de no poder ya ni fantasear que soy. Ya no puedo negarme la realidad y sufro ininterrumpidamente, pero siempre que no pude negarme verlo sufrí. Es así. No hay nada nuevo al respecto.

Entonces, por qué frustrar esto porque soy infeliz porque mirás a otra?
Sea que lo que estás proyectando, armando, es tu vida con ella o,- mejor para mí- tu vida con las dos. ¿por qué frustrarlo por algo que desde hace años es así y, además, siempre lo será?  Aunque no hayas mirado de hecho durante años, siempre estuvo presente esa ausencia, y siempre, para el caso, miraste más allá de mí y yo más allá también, buscando a la otra que completara el círculo...

Y también: ¿por qué frustrar tus desarrollos por mi tristeza, por mi extrañarte?

Dejémoslo porque no lo deseamos, pero no porque uno sufre heridas narcisistas.

¿Que mirás a otra? Está bien. Es bueno. Por suerte. Ya era hora.
Yo también quiero mirar a otra. Sólo que nunca pensé dejar de mirarte a vos al mismo tiempo y primordialmente. 
Quién sabe qué pasaría si yo estuviera en tu lugar. Yo no lo sé, sólo especulo desde mi lugar y quizá sea injusta con vos, mostrándote mi sufrimiento y haciéndote sufrir, retrasando tu partida por mi dolor. Si yo también tuviera a otra  quiazá todo dolería menos.
Considerá injusto lo que hago, y no te detengas por mi causa.

Mientras tanto, mientras te dirigís a ella, no hace falta que me mires. No hace falta que me cuides.
Lloro pero estoy bien, estoy algo bloqueada, pero estoy bien
Te juro por mi vida –que sos vos- que estoy bien.

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