Me imaginaba famosa, viajando por el mundo. O superhéroe, daba igual. No, cantante o actriz no se me ocurrió. Princesa sí, claro, soy mujer después de todo. Me fantaseaba excéntrica, algo loca, especial, y era tímida y silenciosa como una roca. Así se me ocurrió este blog para, bueno, para todo, onda terapia. Me divierto, me reequilibro, y sigo. Ah, me olvidaba! Este es un blog autoreferente.

Las cosas de los otros

Siempre se dijo que hay gente que quiere lo que tiene el otro, básicamente sólo porque es del otro. Y cuando tiene eso, sigue queriendo lo que ahora tiene el otro, y así...

Creo que eso es más la fantasía de la felicidad, que desear lo ajeno.
Ver una imagen y llenarla con el propio contenido. Como las luces en las ventanas de Kundera en "La insoportable levedad del ser". No es tanto lo que realmente tiene el otro sin más bien que lo que no se conoce del todo, se llena con información propia. Esa "información" puede ser negativa, y llevarte a un desprecio (o des-aprecio) infundado, o puede ser positiva y llevarte a desear una situación (porque aún poseer un bien es hallarte en la situación de poseedor) que no desearías necesariamente de conocerla en su verdadera dimensión.

Para mí, muchas veces, las realidades de los otros son mejores que las mías. Creo que todos son como a mí me gustaría ser, y adoro su capacidad de análisis de las situaciones, su capacidad de resolver conflictos, sus relaciones de familia y de pareja, su paz interior y su coraje, su ..., todo...

La luz en sus ventanas siempre es señal de que todo lo bueno que puede ser, está siendo.
Y yo lo quiero para mí.

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