Me imaginaba famosa, viajando por el mundo. O superhéroe, daba igual. No, cantante o actriz no se me ocurrió. Princesa sí, claro, soy mujer después de todo. Me fantaseaba excéntrica, algo loca, especial, y era tímida y silenciosa como una roca. Así se me ocurrió este blog para, bueno, para todo, onda terapia. Me divierto, me reequilibro, y sigo. Ah, me olvidaba! Este es un blog autoreferente.

Rompiendo cadenas

¿Democracia es el gobierno por el pueblo? Así dicho, debo admitirlo, no me resulta atractivo. "El pueblo" en mi pueblo lamentablemente ni siquiera sabe lo que quiere. Y ya casi no es culpable de no saberlo. Hace varias generaciones que es sutilmente obligado a no pensar, a no desear por sí mismo, a aceptar ser gobernado, manejado, alimentado y vestido.
Como pueblo no se cuestiona qué es lo que quiere. No analiza dónde está ni hacia dónde ir.
Las personas que son mi pueblo aceptaron la dominación. Tomaron el pan (o P.A.N.) y entregaron su voluntad. Mi pueblo no tiene voluntad. Mi pueblo ya no sueña. No lo sabe, pero ya no es.
Si las personas somos nuestros contenidos mentales (adhiero firmemente a esa afirmación), los pueblos son sus ideas, y el nuestro carece de ellas. ¿Ideales? Si los tuvo, eso dicen, los perdió. Los perdió casi antes de nacer.

La viveza criolla, si bien relevante y de consideración, no tiene entidad como para suplir las "ideas" que forman un pueblo, una nación. La pasión por el fútbol tampoco hace de un grupo de gente habitante de un territorio común, "un pueblo"

Este pueblo que es mi pueblo nunca vivió en democracia. Y no lo hizo porque nunca quiso hacerlo. No desea tomar decisiones. No desea esforzarse por progresar.
Ama a sus caudillos.
Y esos caudillos son su perdición. Son quienes los mantienen adormecidos, analfabetos, dominables y dominados.

Ese pueblo es mi pueblo.
¿Cómo defender la democracia en un lugar así? Deseo defenderla, aunque le temo.
De todos modos temo más al caudillismo. Odio al déspota que ataca a todo el que se atreva a pensar. Odio al abusador que por conservar su poder estupidiza a "su" gente.
Voto por la libertad. Voto por el pensamiento libre. Voto por la educación que permite romper las cadenas.
La esclavitud de la ignorancia debe ser erradicada del mundo como lo fue la impuesta a los cuerpos. No basta con la libertad de circular, de comerciar... Eso está bien pero no basta. No hay seres verdaderamente libres si no pueden pensar por sí mismos.

De igual modo, no hay verdadera democracia si el pueblo es engañado y vilmente comprado a la hora de decidir.
Sería preferible vivir los errores de un pueblo que decide sin experiencia, aún sin capacidad, que soportar la dominación por unos pocos que se dicen los voceros del pueblo y sólo lo son de sí mismos.
Sí, corremos el riesgo de dividirnos, de no ponernos de acuerdo, de matarnos entre nosotros... pero al menos un halo de vida habrá corrido por este pueblo argentino que hoy no es.

OID EL RUIDO DE ROTAS CADENAS. LIBERTAD, LIBERTAD, LIBERTAD !!!!

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