Me imaginaba famosa, viajando por el mundo. O superhéroe, daba igual. No, cantante o actriz no se me ocurrió. Princesa sí, claro, soy mujer después de todo. Me fantaseaba excéntrica, algo loca, especial, y era tímida y silenciosa como una roca. Así se me ocurrió este blog para, bueno, para todo, onda terapia. Me divierto, me reequilibro, y sigo. Ah, me olvidaba! Este es un blog autoreferente.
Me imaginaba famosa, viajando por el mundo. O superhéroe, daba igual. No, cantante o actriz no se me ocurrió. Princesa sí, claro, soy mujer después de todo. Me fantaseaba excéntrica, algo loca, especial, y era tímida y silenciosa como una roca. Así se me ocurrió este blog para, bueno, para todo, onda terapia. Me divierto, me reequilibro, y sigo. Ah, me olvidaba! Este es un blog autoreferente.
Viejas Confusiones y Confesiones
Pero en el mundo en que crecí y me desarrollé, se sabía poco de pocas cosas, se pensaba -en general- poco.
Y yo divagaba. Hoy creo que esa es la más correcta manera de definir cómo utilizaba mi cerebro. Además mi sinapsis era escasa, lenta, creo que me faltan unos cuantos conectores, o tengo pocos casilleros y están todos llenos con conceptos inútiles. Sea cual sea la explicación, el resultado no era notorio donde vivía. La pc hogareña es una luz en el mundo de los .....( no me viene la palabra)....... y las máquinas de escribir.
Yo era la princesa tuerta (para reina no me daba) en un mundo de ciegos. Era el tronco (nunca llegué a ser la cabeza) del ratón, sin saber que existían leones. Además, como vivía en un lugar sin espejos donde mirarse, no me sabía tuerta ni habitando en un ratón.
Cuando conocí a un habitante de un león –vidente y bastante bien avanzado en la estructura leonina-, pensé que éramos iguales.
Pensé que estaba viendo mi propia imagen. Me creí su par, su alma gemela. Y comenzamos a proyectar una vida juntos.
Trágico.
Obviamente no llegamos a nada. ¿Cómo llegar conmigo de copiloto?. No soy capaz de recordar claramente el destino, y menos aun las pautas que acordamos para poder llegar.
¿Cómo era que tenía que hacer para arrancar? ¿Si muevo esto para acá, subimos o bajamos? ¿Quée?? Estamos bajando???
No entiendo cómo es que todavía estoy viva. Debería haber sido víctima de asesinato, con premeditación, y además (hoy) con consentimiento de mi parte. No, suicidio no, no soy capaz, no tengo lo que se requiere para tomar una medida tan sana para la humanidad como esa.
Pero no llegué a donde estoy hoy facilmente, no. Pasó mucho tiempo y muchas cosas y, con esa exasperante lentitud con que se conscientiza lo que no se quiere ver, advertí que nada era como yo creía.
Pero nada.
Ni un poco.
Ni parecido.
No sólo no poseía la esencia de lo que creía ser, no tenía siquiera la forma.
Ya no puedo engañar a nadie.
Hasta hace poco, en un paso en mi asumir mi propia entidad, decía que padecía del síndrome de la vaca loca, que mi cerebro, espongiforme, se iba deteriorando.
Pero ahora advierto que eso no era cierto. Siempre, siempre, fui simplemente oligofrénica. Poca.
. . . . . . .
(mente en blanco)
. . . . . . . . .
Eso significa tratar de concentrarme en mi persona.
Cuando pienso en mí me aburro. Y empiezo a fantasear realidades mejores. Soy capaz de llegar a niveles cercanos a la convicción acerca de qué tipo de persona soy.
Todo va bien mientras permanezco sola en mi casa, ya que sin un lugar donde probarme, toda realidad es potencialmente factible.
Estas cosas que escribo son producto de la frustración de mis fantasías de ser.
La confrontación con la realidad da por tierra con todo. La luz del día, donde no es posible divagar salvo escondido en un placard, me pone en ridículo.
Como Groucho Marx, quiero integrar un club donde la gente como yo no sea admitida.
Desprecio a los de mi especie. Desprecio a los subdesarrollados mentales, desprecio a los que no son capaces de pasar del pensamiento al acto, a los que creen que soñando (y sólo soñando) se llega a alguna parte. Desprecio a los que se contentan criticando y no actúan. Como yo, que en este momento me estoy criticando y esa crítica me liberará del pesar y hará que mañana vuelva a levantarme estúpida y feliz.
Bastan unas horas de soledad y reparador sueño para creer nuevamente que todo puede ser. Que no estoy dejando pasar las oportunidades de la vida de la peor de las maneras (la “medio”-cridad) sino que estoy caminando –lentamente, aún yo soy capaz de advertir eso- hacia algún lugar. (Obviamente no tengo ni idea hacia dónde.)
Digo esto porque creo que vivir esta corta vida sin adquirir plena consciencia de la propia existencia, sin saber realmente en carne propia (más allá de haberse dicho esto ya millones de veces) que cada quien es artífice exclusivo de su propia vida, y también el único responsable de sus éxitos o fracasos, y, sobre todo, sin actuar en consecuencia con ese saber, es ser un inaceptable “término-medio”. Francamente despreciable.
Es ser sólo una hormiga más del hormiguero, un elemento más del macrosistema, sin consciencia real del por qué y para qué de las cosas. Así soy yo.
Además, siendo profunda y desgarradoramente honesta, debo advertir que todo esto que escribo es, en el fondo, puro cuento para mí, porque no me moviliza.
Lo olvido pronto y sigo donde estaba.
Como los peces.
En lo único en que estoy de acuerdo con el horóscopo ......... es con el símbolo elegido para representar a mi persona: Un pez (de cortísima memoria, como se sabe) Peor aún, dos peces, cada uno mirando en dirección contraria al otro. Tomado eso como una unidad parece claro por qué yo no sé a dónde ir: Tengo tendencias encontradas y, para el caso de llegar a tomar alguna decisión, a poco de comenzar no recuerdo hacia dónde es que me dirigía.
Pero la corta memoria del pez me impide sufrir. Basta, para reconfortarme, con ir a dormir con el “firme” propósito de hacer algo bueno por mi vida, algo que valga la pena, y ya olvido las penas del día. Olvido que no soy capaz de hacer el esfuerzo.
No tengo neurosis que me movilicen. No tengo –emocionalmente asumidas- carencias por satisfacer.
Aunque la realidad es que mis falencias son tantas que no sé por dónde empezar (como cuando iba al colegio y después de la clase la maestra preguntaba ¿alguna duda?, y yo permanecía callada. ¿Cómo explicar que desde el buenos días en adelante todo había resultado una gran nebulosa de términos y conceptos para mí?). Sé que no me alcanzará la vida para lograrlo todo y pierdo el deseo. Mañana será otro día y quizá logre decidirme acerca de qué hacer y qué desechar. Mientras tanto, opto por la inmovilidad, un privilegio que debería otorgársele sólo a los inmortales.
Quizá mi hacer nada se funde en algo así como el “Dios proveerá” de la religión católica. Por algo es célebre la frase que dice que la religión es el opio de los pueblos. Yo antes no la entendía porque estaba del lado de adentro y no veía el punto de contacto entre la religión y el opio (salvo que las misas y los rosarios podían llegar a ser “un opio”) Ahora –sí, eso es algo que hice bien en mi vida, salir de ese claustro- entiendo claramente: Con el opio nadie analiza, nadie cuestiona ni pregunta “por qué”, o “cómo puede ser así”. El opio trae olvido y sensación de bienestar a quien lo fuma. (Esto significa un cambio algo radical de tema, pero a los peces contradictorios nos es perdonado todo.) Administrado a diario y en grandes dosis, consumido en familia y en grupos, produce finalmente efectos irremediables. El cerebro se adormece y –dado que su función primordial es actuar en busca del placer y evitar el displacer- se dirige siempre a lo que sabe reconfortante: La calidez de la religión consumida en grupo.
Personalmente creo que la religión católica –no conozco otras- es claramente opiácea. Adormece e idiotiza.
Se aceptan respuestas que vistas desde otro punto de vista dan vergüenza.
Empecé a alejarme de la religión cuando comencé a sentir vergüenza de mi condición de católica practicante –y, hasta entonces, convencida-.
Realizar ritos religiosos para comprarme un buen lugar en el más allá me pareció repentinamente una hipocresía inigualable. Era amar por conveniencia, para que me dieran una entrada al último show, para no quedarme del lado de afuera.
Entonces traté de amar realmente a ese dios que yo creía que existía. Empecé a buscar razones para amarlo y me dije...
Porque me creó: bien, podría haberlo hecho mejor, pero bué...... prefiero ser antes que no ser.
Porque hizo a mis seres queridos: Sí, también es una razón para agradecer y amar.
Porque creó a los demás seres humanos (pero también a los que sufren discapacidades, a los que nacieron enfermos y nunca gozaron la vida, a los que murieron antes de salir de su madre, a los que.......): Ahí se me complicó un poco la cosa, traté de esquivar el tema pensando que –como me dijeron- había razones que nosotros no podíamos comprender.
Porque creó a los demás seres vivos y a las cosas inanimadas: En ese esquema encontré algo de paz. Borré a los seres sufrientes, abortados, muertos de hambre o por enfermedades, a los injustamente asesinados, a ... Y pasé mucho tiempo convencida de que la naturaleza era perfecta y un ejemplo de grandeza y amor. (qué error!!) Pero después advertí que en la naturaleza están también los animales y las plantas venenosas, las bacterias y los víruses y los fenómenos climáticos, y que muchos de ellos eran capaces de causar injustas muertes y enormes sufrimientos.
Mi trabajada convicción acerca de la bondad del dios comenzó a tambalearse. Pensé que quizá un ser así no se merecía el amor de sus criaturas. Obviamente no me animé a seguir pensando, temiendo por el castigo divino. Volví al estado de cerebro vegetativo, volví al opio. Pero lo hice por temor, no por amor y así permanecí por largo tiempo.
Aunque finalmente (gracias a dios), después de un largo camino recorrido, llegué a la firme creencia de que no existe dios alguno. No existe un ser creador de todo lo existente, con poder absoluto sobre su creación y que ama a todas sus crías.
Me resultó imposible conjugar el amor con el poder absoluto: no entiendo poder evitar el sufrimiento a un inocente y no hacerlo, no entiendo poder sacar de la ignorancia a alguien que busca saber y dejarle la luz apagada, no entiendo miles de cosas y ya no acepto que me digan que hay razones que los seres humanos no podemos comprender.
Lo que sí entiendo es que esa es una buena manera de tener a la gente bajo control, inactiva, drogada con amapolas.
Pese a mi loable evolución, el daño ya estaba hecho: Yo era ya una persona armada con un soft equivocado. Blanda, tranquila, paciente, conciliadora, inmóvil, sin tenacidad, sin garra. Sin ese eye of the tiger que hace a algunos ganar la pelea.
El problema, creo, pasa porque pese a la convicción acerca de la inexistencia de algún dios que vele por mí y me dé lo que necesito para mi vida (como a los lirios del campo??), eso parece no haberse hecho sangre aún en mí.
Soy capaz de decirlo y escribirlo, ya no temo la furia divina, pero todavía no actúo por mí misma.
Lo que critico en mí lo veo en muchas de las personas que me rodean, sólo que en mí está potenciado y, por alguna mala jugada del destino soy un pez que quiere vivir en la tierra firme.
Cuanto menos, debiera poder llegar a ser pez de río de montaña, cristalino y rápido, y no de laguna con aguas estancas y lodosas.
En un charco (de ahí vengo yo) no pueden distinguirse demasiado las cosas, todo dá más o menos lo mismo. Tiene todo un sabor color y olor similares.
Pero es tan cálido... . Nadie te dice que lo que hacés está mal, o que acabás de cometer un error o decir una pavada (los pavos aprecian las cosas de pavos).
Quiero estar afuera pero no quiero salir hasta no haberme convertido.
Soy un sapo que quiso convertirse en princesa. Pero no sucedió y sigo en el lodo.
Es difícil tomar la decisión consciente de pasar por el canal de parto. Yo sé que ya pasé por allí una vez (así me dijeron), pero no recuerdo el hecho y sé que no tenía opción. Si permanecía en mi charco de agua tibia más tiempo iba a morir y por entonces no quería morir. Por eso salí esa vez, aunque encontré rápidamente un nuevo charco donde vivir y allí me instalé: El de la escasez de conectores mentales.
Debajo del agua los sonidos del exterior llegan matizados, no se escuchan reproches ni críticas ni risas burlonas. Tampoco se distinguen claramente las miradas, por lo que no se ven las que son de sorna, aunque tampoco sé si se dirigieron a mi persona miradas o palabras de amor.
Por las dudas, y ante el temor, preferí no escuchar ni ver demasiado. Preferí ser más bien autista. (paradójicamente, esa errada decisión me hizo parecer inteligente).
Pero tengo que tomar una decisión. Por el bien de algunos de los que me rodean, quizá deba abandonar esta vida, pero es sabido que nadie se mata por razonamiento y yo no vivencié aún estados depresivos del tipo suicida.
La única razón por la que me causaría algún placer personal matarme es ver a gente llorando por mí, pero ante eso tengo un doble problema: Primero, temo que pocos lloren realmente y segundo, ¡recuerdo que no voy a estar para verlo!.
Descartada la opción del suicidio, me queda pasar por este nuevo canal de parto (o permanecer en el lodazal, obviamente).
Salir del charco es bueno, quizá haría el esfuerzo si no supiera que una vez comenzado el vuelo (o la caminata) debo seguir eternamente. La sola idea me aterroriza. Y si me canso? Y si tengo hambre y no puedo cazar? Y si......?
Yo por ahora me quedo acá y sigo soñando.
Oremos. ... Amén
Siempre pensé que me gustaría que algo realmente trágico hubiera pasado en mi vida como para justificar este embrollo. Que la mía no sea una madeja enredada de puro torpe que soy sino porque tengo una causa.
A la existencia de una causa importante (algo bien grave) le veo múltiples beneficios: Uno, que ya dije, es que paso de ser pelotuda a “poobree”... y “la fuerza que tiene, mirá hasta dónde llegó” o alocuciones similares de simpatía o admiración. Otro es que supongo que descubierta la causa podré desenredar la madeja y finalmente, que si veo que me puedo llegar a desenredar me nacen las fantasías fundadas.
Si, porque yo fantaseo permanentemente de modo infundado, pero sé que es así, que nada indica que esas fantasías puedan hacerse realidad. Soy una soñadora realista. Una adicta al opio que sabe que con opio no llega a ningún lado. Por eso, soy también profundamente realista. Ahí la causa de considerar “bueno” tener un importante mambo solucionado: Operaría como un disparador, que cuando se libera me permite salir a gran velocidad, y LLEGAR A SER LO QUE SOÑÉ.
Pero aparentemente no hay nada así, no tengo traumas ni locuras. Son sólo fantasías.
Me aburro de mi misma.
Es más, ahora que lo pienso, me doy cuenta que ni siquiera tengo muy en claro qué soñé. Sí sé que me subí a sueños de perfección y que no se lograron.
También sé que gran parte de mi frustración y de lo que escribo ahora es porque la persona que amo me dice que nunca vamos a llegar, que yo debo ser lo que auténticamente soy y no lo que deseé ser en función suya. Yo veo que eso es cierto y acá estoy, tratando de descubrir qué es lo que verdaderamente soy y rogando al inexistente dios que me haga descubrir que soy genial.
Por favor, por favor, por favor, por faaaaaaaavooooooorrr
En algún momento me propuse como meta –obvia como punto de partida para cualquier proyecto- lograr mi auto consciencia total. Conocer mi verdadero yo, conocer mis deseos y movilizarme. Nunca pensé que algo tan simple como mirarse y verse pudiera resultar tan complicado. Tengo más de treinta años y todavía no lo logré. Cuando tenía veinty... no me preocupaba porque sentía que tenía la vida por delante. Ahora me siento una idiota perdida en confusiones de tipo adolescente que no sabe qué quiere.
Creo, para mi pobre consuelo, que mucha gente no para a pensar qué es y qué quiere ser o intentar en su vida y entonces pienso que yo al menos lo estoy intentando (intentando saber, no intentando ser, aclaro). Yo sé que no necesariamente se logra todo lo que uno se propone y me parecía bueno “morir intentándolo”, pero nunca pensé que lo que me iba a costar, lo que iba a intentar hasta la muerte era descubrir qué quiero.
De ahí mis frustraciones. Cómo proyectar algo e intentar lograrlo si no hay metas definidas? Leí en algún lugar que Séneca dijo que ningún viento es favorable para el que no sabe hacia dónde va. Una sabia frase que me desagrada profundamente. Odio que digan cosas inteligentes que no me favorecen (creo que voy a empezar a odiar a media humanidad) Prefiero que sea sabio decir frases como “sólo sé que no sé nada”, porque eso yo también lo sé y me gusta pensar que me hace sabia. Claro, lo que olvido –a propósito- es que ese conocimiento de la nada está destinado a ser el humilde punto de partida y no el grandioso final.
Olvido de alguna manera “a propósito” porque tengo memoria selectiva. También mi apreciación de la realidad cotidiana es selectiva: Habitualmente logro no percibir lo que me desagrada, y si lo percibí lo borro rápidamente de mi memoria.
Oligofrénico pez de charco lodoso.
Es un principio al menos.
Pensándolo bien, la vida comenzó en el agua, con seres más que básicos. Es cierto que le llevó unos cuantos millones de años llegar hasta donde está, y yo no tengo tanto tiempo por delante, pero igualmente puede ser un buen lugar desde donde empezar. La realidad siempre lo es.
¿Será esa la realidad?.
Dudo, luego, existo. Ese sí debe ser un principio.
Dudar dudo, vueltas doy, así que ser soy.
Increíble. Todo un logro, la ameba piensa ¡!!!!!
Transitemos el camino hacia la perfección.
Qué frase. Qué propuesta recibí. Y yo, que todavía no descubrí dónde está realmente la perfección, soy capaz de perderme ese viaje.
No hay otro viaje; la vida es una sola; me topo con el amor de mi vida –algo difícil de que suceda, ya de por sí-; me propone lograr mis máximos deseos; Y NO SOY CAPAZ DE DEFINIRLOS....!!!!!!!!!
No es que no tenga deseos, o que no los exteriorice. Es que son mutantes, y algunos, los más atractivos, vienen “con cola”. Ejecutarlos trae aparejadas consecuencias, y actuar asumiendo las futuras consecuencias es propio de los que saben con certeza a dónde quieren ir. De los que desean realmente
Al navegante de Séneca no le importa si se le rompe la banqueta de proa, o si el timón pierde el barniz, ni aún si las velas y el mástil –indispensables para una óptima navegación- están emparchados porque se rompieron en la última tormenta. Le importa navegar hacia su destino, eso es lo que lo impulsa.
Yo lo sé porque ví ese brillo que se parece a la locura en los ojos de mi amado. Yo no brillo así sino cuando alucino, cuando creo que soy otra persona y que puedo mantener un sueño por más de un día seguido.
Pero no es así, habitualmente al día siguiente de una gran conversación llena de proyectos, amanezco burguesa.
Es tan así que hasta me da miedo soñar.
Hoy soñamos un poco, después de mucho tiempo de respetar mi burguesa vida de laguna, y escribo para intentar curarme del maleficio. Si creyera en las brujas iría a ver una para que me dé la poción mágica de la estabilidad. La bebería en algunos de esos escasos momentos que parezco estar en foco conmigo misma, para ver si ese estado se mantiene y hago algo de mi vida, aunque más no sea definir cómo vivirla. Elaborar un proyecto sustentable (alguien dijo eso ya??)
El discreto encanto de la burguesía operó en mí un “encantamiento” paralizador. (O era un adormecimiento opiáceo??.)
La sociedad sudamericana de clase media/alta unida a la religión católica compusieron para mí –personalmente creo que para todo el mundo que lo padeció- un frente difícil de transponer.
Y yo no quiero pelear. Quiero que me abran una puerta y que me digan vos podés salir y no sólo eso, además serás bienvenida cada vez que desees volver a visitarnos –porque a vivir ya decidí que (si logro salir realmente) no quiero volver-.
Pero me atemoriza que no me dejen entrar cuando lo desee. Me encantaría que me digan que por favor los visite cada tanto, que agradecen mi presencia, que soy de las pocas personas de extramuros que ......
En definitiva, quiero estar bien con dios y con el diablo. Quiero vivir una vida ajena a las reglas de esta sociedad subdesarrollada y católica pero no quiero que me excomulguen por ello. Quiero irme sin que me echen.
Y quiero vivir del otro lado sin tener rastros de mi vida de adicta.
Antes dije que había salido de este lugar, pero después resulta obvio –por lo que seguí escribiendo- que aún no me fui realmente. Estoy en el limbo del Corán, arriba del muro que divide el paraíso de lo que no lo es.
No pertenezco ya a mi lugar de origen –allí me ven como algo raro- y no estoy siquiera cerca de pertenecer al paraíso.
La única diferencia en mi caso particular es que mi condena consiste en habérseme otorgado a mí la decisión. A mí que no sé hacia dónde caminar. A mí que deseo pero temo las consecuencias. En definitiva, no fui criada para ingresar al paraíso de los musulmanes. Allí no están mis familiares y –escasas- amistades de la infancia y adolescencia. Y no puedo tomar la decisión de irme al paraíso y dejarlos para siempre.
Creo que a veces confundo al paraíso con el infierno. Digo: Y si me equivoco? Y si salto del muro y después extraño?. Y si no era para mí? Y si hay un dios y está del otro lado?
Por favor, alguien decida por mí. Y si no tienen ganas de pensar, sólo tiren la monedita: cara, salto; cruz (como era de suponer, claro) vuelvo, después alguien me empuja hacia un lado o hacia el otro, según el resultado, porque no sé si me animaré a hacerlo, sea cual sea la opción.
Nooo, me arrepentí. Espereeen...Mejor antes compren la poción mágica de la estabilidad emocional, cuando se resuelva hacia dónde debo ir me hablan hasta que me convenza de lo bueno que será, cuando estoy en ese estado me dan la poción y después .....
Pero claro, eso ya hace todo de vuelta bastante complicado y torna razonable que deba decidir por mí misma.
Como dijo algún amigo de Mafalda: Yo que yo, si fuera yo, y estuviera en mi lugar, qué haría?.
Transitar el camino hacia la perfección.
Sí. Transitar el camino hacia la perfección
Transitar el camino hacia la perfección.?
Sí. Sí. Transitar el camino hacia la perfección.
Transitar el camino hacia la perfección
Transitar .......
HELP I need somebodys help……..
hola, estuve revisando tu blog y me parece genial, te escribo porque realizando búsquedas de un tema, encontré una participación tuya en un foro sobre los tríos, y de verdad me encantaría hablar al respecto, estoy pasando por una situación similar a la tuya y agradecería un poquito de ayuda, de verdad te lo agradecería, mi correo es carlos_gimenez126@hotmail.com por allí me puedes agregar al Facebook, y conversamos, muchisimos saludos y gracias de ante mano :D
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