Mi
barco tiene cortinas de tul de colores que cuelgan fuera de la borda.
Las veo
moverse al viento como las banderas de oración del Tíbet. Aunque ya debo
unirlas para formar una barrera contra los mosquitos. Me gusta el efecto de nicho
multicolor que se genera cuando las cierro, pegándolas entre sí y a la borda.
Por eso las concebí así. Adoro verlas volar y verlas cuidarme.
Y no, no parece una tienda de gitanos.
Quizá también
deba prender esas velas antimosquitos que compré, siempre hay más mosquitos en
esta época.
Además son muy románticas y no necesito excusas para prenderlas. Las
fijo en sus lugares, lejos de