Me imaginaba famosa, viajando por el mundo. O superhéroe, daba igual. No, cantante o actriz no se me ocurrió. Princesa sí, claro, soy mujer después de todo. Me fantaseaba excéntrica, algo loca, especial, y era tímida y silenciosa como una roca. Así se me ocurrió este blog para, bueno, para todo, onda terapia. Me divierto, me reequilibro, y sigo. Ah, me olvidaba! Este es un blog autoreferente.
Me imaginaba famosa, viajando por el mundo. O superhéroe, daba igual. No, cantante o actriz no se me ocurrió. Princesa sí, claro, soy mujer después de todo. Me fantaseaba excéntrica, algo loca, especial, y era tímida y silenciosa como una roca. Así se me ocurrió este blog para, bueno, para todo, onda terapia. Me divierto, me reequilibro, y sigo. Ah, me olvidaba! Este es un blog autoreferente.
Un mar de almas
El planeta –cuanto menos el planeta- reboza de almas, en creación y descomposición permanente. Algunas avanzan lumínicas, otras exponen falsos carteles que dicen que saben a dónde van. La mayoría avanzan ciegas, se mueve sólo por prueba y error, sin saber a dónde van, y sin ni buscar saberlo, sin plan.
Las hay luciérnagas, que brillan dependiendo de las circunstancias exteriores, las hay pequeñas, las hay apagadas, las hay negras de tanto dolor reconvertido en odio, las hay de todas las formas y tamaños, ignorantes o ignoradas.
Somos diamantes y carbones, soles y estrellas, lobos y corderos, todos girando.
Y seguimos ciegos en este mar, chocando y rebotando entre nosotros, esperando en alguno de esos