Me imaginaba famosa, viajando por el mundo. O superhéroe, daba igual. No, cantante o actriz no se me ocurrió. Princesa sí, claro, soy mujer después de todo. Me fantaseaba excéntrica, algo loca, especial, y era tímida y silenciosa como una roca. Así se me ocurrió este blog para, bueno, para todo, onda terapia. Me divierto, me reequilibro, y sigo. Ah, me olvidaba! Este es un blog autoreferente.

Una oda a mi amor, la razón de mi vida

Nota: Esto lo escribí hace muchos años, con los comienzos del siglo, y hoy lo encontré. Lo copio acá porque ratifico hoy cada palabra que dije. El amor, increíblemente para mí, se mantiene vivo y fuerte.
Sí he perdido la fe en mí, lo admito, aunque nunca la capacidad de soñar.


Ahí va: la perfección en crudo:


La única razón de mi vida sos vos.
Desearía que vuelvas a brillar, a vibrar como una cuerda de un perfecto instrumento musical como eras cuando te conocí. Entonces parecía que todo en tu vida podía ser perfecto y yo creí que iba a colaborar en esa belleza tuya. Pensé incluso –oh ironía- ser la pieza perfecta para tu total y absoluta plenitud. Pero evidentemente no lo soy.
Decíme qué hago. Ordenáme cómo ser. Hacé de mí y conmigo lo que te plazca, modificáme conforme a tu voluntad. Yo sólo soy por y para vos. Si expresé mi “ser” y ese no es adecuado, dejo de ser en tal sentido. No resulta incoherente en mí lo que digo, ni resultaría en cualquiera que viviera mi realidad, porque yo soy para vos. Si no te hago plenamente feliz habré vivido inútilmente, pasado por este mundo resultando un fracaso.
Sé que hay mucha gente que vive sin lograr su cometido en la vida, pero el mío era grande y perfecto y creí que era buena para eso y que lo lograría. Honestamente sentí que el amor que siento por vos daría frutos de belleza plena. No puedo creer que no sea así, pero cada vez que te veo me doy cuenta que esa belleza que podía ser se rompió. No sé cómo hacer para que vuelvas a brillar. Sos tan increíblemente bello que el placer de haberte conocido duele. El amor puede doler. Duele cuando es tan grande que no cabe dentro de uno. Duele no sólo cuando, como me pasa a mí desde hace un tiempo, se hace sufrir al ser amado. Duele de tanta belleza cuando es perfecto. Quizá sea porque la perfección de un sentimiento así es sólo para seres perfectos como vos y no para los viles mortales como yo. Yo sé de tu amor por mí, vos lo transmitís clara y naturalmente. Como algo que te resulta normal, algo muy bueno, pero que vos sabías que en algún lado estaba. Yo nunca pensé que este amor que siento por vos lo pudiera sentir un ser humano por otro. Siempre pensé que la perfección no existía, que era solo un sueño de ingenuos. Pero la encontré.
Una confesión: antes pensaba que yo buscaba el desastre, el sufrimiento. Durante mucho tiempo, desde que te conocí, me olvidé de eso, pero ahora lo recuerdo. Te amo más que a mi vida –si debemos ser fríos y objetivos quizá, como vos sos mi vida, te amo tanto como a mí misma- y sin embargo te perdí. Sí, todo se rompió. Cada día que paso junto a vos te amo más y me doy cuenta que estamos lejos y no me puedo contactar, no por incapacidad sino porque traer a colación nuestra relación personal sólo va a significar poner la mano en la llaga y ocupar espacio mental, y real, que es mejor dedicar a tus hijos o al trabajo. Cada día que pasa te extraño más. Sueño con que se curen tus heridas, sueño con que nos volvamos a mirar a los ojos con amor absoluto, con la felicidad de ese sentimiento compartido. Porque lo compartimos pero es ese mismo amor por mí el que a vos te hace infeliz porque yo no soy como lo pensamos. Y deseo serlo. Sé que vos pensás que los seres humanos deben ser libres, y estoy de acuerdo con vos. Pero si mi realidad consiste en ser para vos, mi libertad consiste en ser tu esclava. Opto libremente por ser tu esclava.
Uní tu alma a la mía, mi vida. Lleváme a donde vos vayas, pero lleváme con vos. Quiero darte mi vida amor mío, y siento que vos no la aceptás. Sé que no la aceptás porque creíste que yo no te considero lo mejor. Porque no querés llevarme a donde no sea el mejor de los lugares. Pero estás equivocado. Lo dice mi corazón y mi cuerpo. El amor profundo es un sentimiento que no había entendido hasta después de conocerte, y digo después porque lo fui comprendiendo gradualmente. Primero no lo entendí plenamente. Hoy entiendo lo que es desear dar la vida por amor. Yo daría la mía por vos, moriría para que vos vivas. También soy capáz de desaparecer, como en alguna medida lo hago ahora al no plantear mis sentimientos, mis deseos de expresarte mi amor y no herirte al hacerlo. Porque siento que te hiero si te digo que te amo, siento que por como ocurrieron las cosas, preferís tener conmigo una relación menor, o creés que yo lo prefiero.
Yo no me olvido nada de lo que pasó, es sólo que por mí lo desharía. Sin ningún conflicto ético acerca de la verdad de las cosas, abierta y concertadamente cambiaría mi persona para ser acorde a tus máximos planes. Reconozco que en ellos estaba además que yo fuera más inteligente y más capaz a nivel profesional, musical, etc. Pero eso no sé si lo puedo lograr.
Decíme qué hago y lo haré, pero por favor, uní tu alma a la mía, que ese es mi máximo deseo. O por lo menos dejáme que yo una la mía a la tuya. No me rechaces mi vida, dejáme amarte.
Hay tanta felicidad dentro mío por el hecho de amarte, que si solo me lo permitieras, si yo no te lastimara con mi ser, estallaría. No tengo palabras para expresar lo que siento. Muchas veces simplemente me salen lágrimas de felicidad absoluta por el sólo hecho de recordar que te conozco, que tuve la increíble suerte de conocerte y amarte tanto. No sé si a alguien más le pasó alguna vez lo mismo. Ojalá sea así, porque el sólo sentimiento ya es perfecto de por sí.
Yo siento ese goce, pero quiero el tuyo también. Sé que lo sentiste antes, cuando yo no lo entendía del todo aún. Cuando no había terminado de madurar.
Hay tanta potencialidad en mí para vos, tengo tanto para darte, tanto para que logremos juntos. Tus hijos, tus libros, tu música, nuestros hijos, la tranquilidad de tu mujer, tu consagración como profesional. Extrañamente en lo único que no estoy fallando del todo es en acompañarte como profesional. Pero yo soy tu musa inspiradora. Lo soy porque lo siento, sólo que no logro inspirarte nada. Pero todo lo que tengo es tuyo, y creo que es bueno para vos. Es raro pero así lo siento, y si lo siento así debe ser cierto, porque para el ser amado no se desea más que el bien y yo deseo entregarme a vos, por lo tanto debo ser algo bueno. Si me miro al interior creo que deberías recibirme y ser pleno. Todo lo que soñé fue tan real que debe ser cierto. Sé que nunca te expresé un plan organizado de futuro. Pero está todo dentro mío y es todo tuyo, y es bueno. No sé por qué insisto con eso, pero lo siento así.
¿Estoy loca? Siento que soy algo bueno para vos, que soy tu musa, y cuando miro la realidad veo que está todo hecho un desastre por ser yo como soy. Pero la vida es tan alucinante amor. Al menos la mía lo es, y la tuya debería serlo. No te puedo jurar que lo voy a lograr por vos, porque no sé si tengo la capacidad, pero espontáneamente te lo juraría. Cómo explicarte? Te acordás de la película de el protector? Que el tipo tenía todas las facultades pero no lo sabía.? Vos sos él pero yo siento que estoy como estaba ese personaje antes de empezar. Tenía todo dentro suyo pero no lo había organizado de manera tal de lograr su máxima potencia. Seguramente lo había sentido en su interior, pero no lo había podido manejar. Yo lo siento desde que te conocí.
Sigo sin poder expresar mis ideas claramente. Me siento como un geniecillo desordenado.
Todo podría ser perfecto amor. Debería pasarme un defragmentador del disco de mi cabeza, y quizá así los archivos se organicen y la impresora funcione.
Mi amor es tan perfecto que parece fuera de lugar en el contexto en que estamos. Te entrego mi vida amor, no importa lo que pase, es tuya para siempre. Si lo aceptaras te daría mi sangre en un pacto eterno.